Pilates y Bienestar Mental
Pilates es un método que conecta la fuerza muscular con el control mental, la respiración y la relajación. Por lo que tiene una larga lista de beneficios no solo físicos sino también psicológicos.
Tengo casi 8 años practicando Pilates. Lo descubrí después de una ardua búsqueda por encontrar un ejercicio que me hiciera sentir bien tanto físicamente como mentalmente. Siempre tuve problema con el ejercicio tradicional, lo practicaba porque era bueno para mi salud, pero no porque realmente lo disfrutara. Sin embargo, desde que empecé Pilates se convirtió en esa actividad física que me hacía anhelar el día en que me tocara de nuevo regresar a una clase para disfrutar de toda su magia. Pilates no sólo me ha hecho tonificar “bonito” (como siempre le he llamado a ese punto en que el cuerpo se ve moldeado y marcado, pero no excesivamente musculoso), sino que también me ha retado mentalmente, haciéndome completamente capaz de cosas de las que me creía totalmente incapaz.
Por eso les voy a contar 5 puntos en los que Pilates me ha beneficiado mentalmente:
- Mejorar mi concentración: siempre he sido de distraerme rápidamente. Nunca lograba terminar lo que comenzaba por falta de concentración. Sin embargo, Pilates requiere de absoluta concentración durante 1 hora entera para poder ejecutar los movimientos en coordinación con la respiración, y fue ahí donde empecé a entrenar mi mente para mejorar este aspecto en mi vida. Hoy puedo pasar horas sentada haciendo una misma tarea sin perder la atención rápidamente.
- Reducir el estrés: esto lo percibí sobre todo en mi época universitaria, donde tenía mil asuntos encima, más una relación tóxica que empeoraba la situación. Pero a pesar de los muchos trabajos, tareas y exámenes, nunca dejé de lado Pilates, porque el ambiente que se crea al practicar esta disciplina es la dosis perfecta de calmante para bajar el estrés y la ansiedad del día.
- Mayor conciencia de mi cuerpo: Pilates me ha hecho más consciente sobre mi cuerpo para poder corregir al instante esas posturas incorrectas que me producen dolor. Asimismo, me ha enseñado aún después de 8 años sobre cuáles son mis partes más “dormidas” del cuerpo y a las cuáles debo prestarles más atención para que se vuelvan más eficientes.
- Dormir mejor: sinceramente nunca he tenido problemas para dormir, pero con Pilates, sobre todo cuando lo practico de noche, he percibido que duermo aún mejor de lo que ya acostumbro. Eso se debe a que con Pilates se alcanza un estado muy elevado de relajación que favorece nuestro sueño y un buen descanso. Además, mediante la respiración de Pilates, se eliminan toxinas que permiten una mejor oxigenación de la piel, los músculos y los órganos internos que benefician el momento de descansar.
- Facilidad para iniciar y mantener nuevos hábitos saludables: a pesar de que soy nutricionista, en ciertas etapas de mi vida tuve una mala relación con los alimentos, pero la disciplina que alcancé con Pilates me facilitó adoptar otras rutinas que me han hecho tener una buena relación con la comida y la constancia para complementar la práctica de Pilates con caminatas diarias y otros ejercicios que en conjunto mejoran mi bienestar integral.
¡Por estas y muchas otras razones los invito a incluir Pilates como parte de su estilo de vida!